lunes, 18 de febrero de 2013

El legado de la Primera Guerra Mundial


El cielo está a punto de convertirse en otro campo de batalla no menos importante que los campos de batalla en tierra y mar [...] Para conquistar el aire, es necesario privar al enemigo de toda forma de volar, atacándolo en el aire, en sus bases de operación o en sus centros de producción. Será mejor que nos acostumbremos a esta idea y nos preparemos.
Giulio Douhet, general italiano, 1909.

Durante la Primera Guerra Mundial se usaron como armas tanto los aeroplanos como las aeronaves más ligeras que el aire. Las urgentes necesidades de la guerra estimularon a los diseñadores para construir modelos especiales para reconocimiento, ataque y bombardeo. Las primeras ciudades en ser bombardeadas fueron Lieja y Amberes el 6 y el 24 de agosto de 1914, respectivamente, por zeppelins alemanes.

Rumpler Taube, bombardero alemán

Como consecuencia de la presión de la guerra fueron entrenados más pilotos y construidos más aviones en los cuatro años de conflicto que en los trece transcurridos desde el primer vuelo. Bajo la supervisión del programa de entrenamiento de pilotos civiles, los operadores probados dieron grandes facilidades para la formación como pilotos de miles de estudiantes que se convirtieron así en la columna vertebral de las fuerzas aerotransportadas de los tres ejércitos.

Después del comienzo de la guerra, los comandantes militares descubrieron la importancia que tenía el avión como arma de espionaje y reconocimiento, pudiendo fácilmente localizar fuerzas y bases enemigas sin mucho peligro, hasta que se empezó a desarrollar el armamento antiaéreo según iba avanzando la guerra.

Avión inglés provisto de cámara de reconocimiento

Pero el uso de los aviones que realizaban patrullas de reconocimiento generó un problema: éstas frecuentemente se encontraban con aviones enemigos. Así que no se tardó mucho en equipar a esas aeronaves con armas de fuego a bordo, para que así pudieran defenderse, pero a la vez el piloto tenía que controlar el aparato, lo que complicaba la situación, por lo que algunos aviones contaban con un observador que podía apuntar y disparar una ametralladora que portaba en sus brazos, lo que resultaba poco eficaz.

Los franceses se esforzarían seriamente en resolver ese problema, y a finales de 1914, Roland Garros colocó una ametralladora fija al frente de su aeronave, permitiéndole disparar a la vez que controlaba el aparato, gracias a que cubría las hélices con una placa metálica que las blindaba. El 19 de abril de 1915 Garros fue abatido y hecho prisionero por los alemanes, y debido a que su avión no quedó destruido, el ingeniero Anthony Fokker estudió y mejoró el sistema, gracias a un mecanismo que sincronizaba el giro de la hélice con los disparos de la ametralladora, y que acabaría siendo equipado en todos los aviones, por lo que las batallas aéreas entre cazas pasaron a ser muy comunes.

Airco DH.2.
También se extendió el uso de hidroaviones, usándolos para misiones de reconocimiento en el mar, para poder captar fotografías de las fuerzas navales enemigas y para bombardear submarinos enemigos.

Los aviones diseñados para uso privado también encontraron un amplio uso militar en todo el mundo. Por eso en 1914 el Ejército y la Armada de Estados Unidos compraron grandes cantidades de aviones ligeros que dedicarían a diversas misiones militares.

Hacia el final de la guerra, las batallas aéreas crecieron en intensidad y extensión y la producción de aviones alcanzó un máximo. Por otra parte, las líneas aéreas establecieron nuevos récords tanto en tráfico como en mejoras, incluso a nivel tarifario.

Las innovaciones de la aviación en la Primera Guerra Mundial se resumen en las siguientes:
  • Mayores velocidades, pasando de 110 km/h a 230 km/h
  • Comunicación por radio
  • Invención del "engranaje interruptor" por parte de Anthony Fokker
  • Ametralladoras de hélice para los cazas (diseño de Roland Garros)
  • Acrobacias y tácticas de combate aéreo

Gran parte de los excedentes militares vendidos después de la guerra fueron adquiridos por aviadores formados y entrenados durante la misma, dispuestos a realizar con ellos cualquier actividad que les produjera ingresos económicos: transportar pasajeros o cargas, propaganda, fotografía aérea, exhibiciones, etc.

He aquí dos vídeos que recopilan, respectivamente, fotos de varios modelos de aviones e imágenes artísticas de la aviación durante la Primera Guerra Mundial.



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