domingo, 3 de marzo de 2013

Messerschmitt Bf-109

 
En 1935, Alemania dio a conocer su nueva Fuerza Aérea: la Luftwaffe. Esta poderosa arma de aviación recibiría en poco tiempo un impresionante avión que se ha convertido en una leyenda: el Messerschmitt Bf-109, una aeronave que incorporó y refinó nuevos conceptos aeronáuticos que lo convertirían una plataforma de combate a la vez admirada y temida por pilotos rivales.

El Bf-109 disponía de varias características muy novedosas en aquella época: era uno de los primeros aviones enteramente de metal, lo que lo hacía más pesado pero más robusto. Su cabina y célula eran muy modernas. El piloto encajaba de forma muy ajustada, y tenía muy a mano los instrumentos y diales. El avión era bastante torpe en tierra, pero en el aire era ágil, y, sobre todo, rápido. Las alas disponían de slats automáticos en el borde de ataque, lo que le confería la capacidad de realizar maniobras en una envolvente de vuelo mayor que la de otros aviones. Aunque muchos abogaban por los lentos y maniobrables biplanos, otros vieron en el Bf-109 el futuro de la aeronáutica militar.


Desarrollo y operaciones


En 1935 se desarrolló un concurso para un nuevo caza para la recién nacida Luftwaffe. El avión de que disponían, el Heinkel 51, era un buen caza biplano, pero se consideraba que sería pronto superado. Messerschmitt se presentó con un nuevo avión, que recibió el nombre de Bf-109. Competía con otras dos empresas, y todo el mundo esperaba que el ganador fuera Heinkel. Sin embargo, a pesar de las malas relaciones de Messerschmitt con el gobierno alemán, el avión elegido fue el Bf-109. Una sorpresa que derivaría en un avión incomparable.


Cuando estalló la Guerra Civil Española, el ejército republicano se dotó de una gran variedad de aviones, destacando los rusos Polikarpov I-15 (Chato/Rata) e I-16 (Mosca), que en buenas manos eran aviones muy poderosos. Alemania, que había entrado a participar junto con las tropas nacionales frente a los republicanos en un grupo llamado Escuadrilla Condor, llevaron los prototipos del Bf-109 para probarlo en combates reales. Estos prototipos tuvieron una actuación destacable, y permitieron formarse a los primeros pilotos alemanes, así como afinar el avión de forma considerable.



Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, Alemania disponía de una fuerza aérea moderna y bien equipada, especialmente en relación al considerado por muchos como el mejor caza: el Bf-109. El caza alemán literalmente se paseó por Polonia, y encontró poca resistencia en Francia y Países Bajos. Los biplanos anticuados literalmente no podían competir con el veloz caza, que atacaba y desaparecía sin la menor oportunidad de ofrecer resistencia.


 
Sin embargo, las cosas cambiaron cuando Alemania planeó la invasión de Gran Bretaña. El Bf-109 tuvo que actuar como avión de escolta al límite de su rango de combate, lo cual no le permitía disponer más que de veinte minutos antes de tener que volver a la base como máximo. Peor todavía, en aquellos combates contra los británicos, el Bf-109 encontró su primer rival importante: el Supermarine Spitfire Mark I. Este avión supuso un serio revés a la Luftwaffe, y demostró que el avión debía evolucionar, y debían buscarse sustitutos. El Focke Wulf 190 era ese sustituto, pero nunca consiguió reemplazar al Bf-109.


Mientras avanzaba la guerra, más y más modificaciones convirtieron al Bf-109 en un avión pesado e inferior a los nuevos aviones que aparecían en los cielos de Europa. No dejó nunca de ser un avión eficiente, pero sin duda no era ya rival para aviones como el P-47 Thunderbolt y, especialmente, el P-51 Mustang. Un diseño de ingeniería tiene unos límites, y en 1945 el Bf-109 claramente los había alcanzado. El mítico caza alemán terminó sus días volando contra mareas incontenibles de bombarderos y cazas, totalmente impotente para realizar su labor.

El Bf-109 tuvo una vida variada tras la guerra. Fue usado por los israelíes junto a otros muchos aviones en la defensa de su nuevo país, y en España vio un renacimiento con un modelo, HA 1112, conocido popularmente como Buchón, que incorporaba un motor Rolls Royce Merlin (curiosamente el motor que había hecho volar al Spitfire).


En los años cincuenta se retiraron los últimos Bf-109, y el caza pasa de ser una aeronave a una leyenda. Sin duda un avión que, con una asombrosa producción de 35.000 unidades, será recordado como un mito de la aviación y un ejemplo de la asombrosa ingeniería alemana de los años treinta.


Especificaciones técnicas


  • Capacidad para un piloto
  • Velocidad máxima de 640 km/h
  • Techo de servicio a 12000 m sobre el nivel del mar
  • Alcance de 850 km
  • Motor de 475 CV conectado a una hélice triplana de 3 metros de diámetro
  • 2 ametralladoras de 13 mm situadas sobre el motor
  • De uno a tres cañones de 20 mm en el eje de la hélice
  • Una bomba de 250 kg y 4 de 50 kg
  • 9 m de longitud x 2.6 m de altura, con 10 m de envergadura



Dos vídeos sobre este magnífico caza. El primero es un breve documental y el segundo es una demostración reciente de vuelo.




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